LA LEYENDA DEL DIENTE DE LEON

Navegando navegando, he encontrado ésta leyenda mitológica vasca que habla del diente de león, no la conocía y me ha encantado la moraleja. Echad un vistazo, mola !!


Cuentan las amatxos que hace muchos años en Euskal Herria, tantos que no se sabe cuántos, había un joven muy rico cuyos padres querían casarlo por conveniencia con una mujer de otra familia muy pudiente.
Pero Taxo, así se llamaba, estaba enamorado de una niña de piel dorada, llamada Tara, que era una panadera de su casa. Cuando sus padres se enteraron, pusieron el grito en el cielo, y le prohibieron a Taxo salir, mientras que despedían a su amada en medio de la nieve, para que muriese.
Desde la abertura de su torre, Taxo escuchó a la mujer que, aterida por el frío le gritaba: “Nunca moriré, estaré siempre donde tu vayas” el joven se arrojó de la almena del castillo, prefirió morir a perder a su amada.
Amalur, que todo lo ve, al notar semejante amor, los convirtió en flor, una flor que aparece aun donde no queda espacio de tierra, con que haya una pequeña abertura allí puede salir, y sacar sus florecillas amarillas, también sus semillas llevadas por el viento.
Estas tienen unos pellillos que las hacen llegar muy lejos. Los txikis le llaman “panaderos”, en honor al oficio de la buena mujer.
El nombre científico de esta planta es Taraxacum (por la niña Tara) y sirve para curar infinidad de cosas, como
antiespasmódico, uso en problemas menstruales, biliares, hepáticos.
Lo importante es que sepamos que el diente de león, está en esta tierra, para demostrarnos que el amor crece aun donde hay muy poca tierra, y puede florecer casi sin cuidado alguno. Cada vez que veas una de sus florecillas recuerda que el amor todo lo puede, mas allá de todo y de todos.



Éste fin de semana ha estado precioso en cuanto al tiempo se refiere. Un sol primaveral y tempranero que ha conseguido que todos salgamos a la calle y que los planes al aire libre se multipliquen.

Nos pusimos manos a la obra y el sábado disfrutamos de una merienda al aire libre, en el parque ataviados con bicicleta y patinete… sólo quedaba disfrutar del día. Al tomar un descanso nos dio por observar el parque, habían crecido un montón de flores en pocos días y estaba precioso. Lleno de margaritas y de “abuelitos” La verdad es que no sé por qué se llaman así a éste tipo de flores … Se trata de las flores del diente de león.

Es curioso que el diente de león hasta hace bien poco ha tenido fama de mala hierba y de crecer en lugares poco cuidados. A mi, me recuerda tanto a mi niñez, que me encanta verlos. Nos divertimos buscando “abuelitos” para después soplar y ver cómo sus semillas se iban volando, y eso hicimos también el sábado.

Personalmente un campo lleno de “abuelitos” y lleno de margaritas me parece un espectáculo que merece la pena contemplar. Además dicen que si pides un deseo y soplas al “abuelito” y se van volando todas las semillas, el deseo se cumple, así que por si acaso mejor probar no??

Además soplar las semillas de un diente de león hace que las semillas vuelen y lleguen a más lugares, de ésta forma nos aseguramos que la flor sobrevive porque allá donde caigan las semillas, una nueva flor nacerá.

El domingo se despertó también soleado y alegre. Ha sido Domingo de Ramos y los peques y yo continuamos con la tradición familiar. Fuimos a la misa de familias y nos juntamos con los compis de catequesis. Un ramo bendecido para casa, una colaboración voluntaria para las inundaciones de Perú, jugar en los columpios y un merecido vermut con pintxo en la terracita del bar.

En resumen, ha sido un fin de semana de disfrute y tradición.


Comentarios

  1. Hermoso! Pido permiso para compartirlo! 🙌🏼🌼🌱💗

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  2. Puedes compartir la leyenda, es preciosa y poco conocida. Gracias por comentar

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