Mi pequeño vuelve a sonreir

15 días, 15 días exactos y … el primer granito de varicela en el costado de Unax apareció. ¡Lástima! Tenía la esperanza de que no se contagiara, de que el txiki de 8 meses se librara pero … no pudo ser.

Y vaya contagio!! Los granitos asomaron poco a poco, como tímidos pero en dos días estaba repleto, tenía cantidad de granos ¡!!

¡Qué penita! ¡Qué mal lo has pasado, maitia! Estuviste tres días muy triste, irritado con tanto picor, dolorido con tanto grano, sin moverte, sin esbozar una media sonrisilla. La fiebre no fue muy alta ni el mayor problema, pero .. ¿Cómo explicarte que no te arrascaras? ¿Cómo tranquilizarte cuando el picor era insoportable? Ni la crema, ni el jarabe, ni los baños, nada calmaba el mal rato.

Sólo sentirte protegido en brazitos, con suaves caricias en la frente, con la pequeña ayudita del chupete, con el biberón … eso sí que te gustaba ¡!! ¡Pobre! Si es que hasta en las encías tenías granitos, mi niño …

Hasta que un día, comenzaste de nuevo a sonreírnos, ay, mi niño, cuánto echamos de menos tus ruiditios, tus pataditas … Por fin disfrutabas del baño y pudimos pasear para despejarnos y que el airecillo nos calmara un poco.

Ha sido una semana intensa con picores, dolor y granos y otra semana algo más tranquila, intentando recuperar la normalidad, mostrándote de nuevo los juegos que te gustan, recuperando la confianza para que no pensaras que siempre te íbamos a echar crema, o ponerte el termómetro o darte la medicina que tan poquito te gustó.

Ya estamos bien, ya volvemos a jugar y pasarlo bien con Amets y con los aitas. Por fin ¡!!

Hemos acabado agotados físicamente pero sobre todo emocionalmente. Tus risas dieron paso a tímidas lagrimillas en nuestros ojos, y tus carcajadas a  gritos y llantos de angustia para intentar desprenderte de los picores.

Ha sido tu primera enfermedad, mi niño, pero ya vuelves a ser tú, la cuchara vuelve a ser tu amiga, y las chirivueltas ya forman parte de tus juegos, tus ojitos ya brillan contentos y llenos de vitalidad.