EL CLUB DE LOS VIERNES
Creatividad, amistad, superación y vida entre ovillos de lana.
El placer de la lectura se une en esta historia al placer de tejer.
Y eso es lo que he echo, leer y tejer.
Historias entrelazadas, vidas que cobran sentido y amistades que no buscan caer bien, solo buscan ser auténticas. Auténticas como cada creación.
Cada prenda, cada objeto que tejes es único, tiene la personalidad de las manos que lo crean, al igual que cada uno de nosotros tenemos nuestra personalidad, nuestros miedos, nuestro pasado.
Todo ésto, la vida, el pasado, los miedos, todo se une cada viernes al rededor de un café, un té y unos dulces. No se me ocurre mejor plan de viernes por la tarde: confidencias, amigas, dulces caseros y planes al rededor de una mesa llena de lanas, de agujas, de proyectos ...
Qué bonito momento recreado en mi cabeza mientras leía el libro!!!
Me hubiera gustado abrir la puerta de Walker e hija y entrar a formar parte de ese círculo, esa familia que se forma sin planear, esa amistad que perdura en el tiempo, que crece contigo.
Cada una de las chicas tejedoras tienen su pasado, al igual que tú y que yo. Un pasado que a veces ocultamos, del que no nos sentimos cómodas hablando, un pasado que a veces vuelve.
Pero también cada una de ellas vive un presente muy distinto y aún así se sienten unidas, se cuidan.
Y juntas forman un futuro especial. Un futuro con proyectos e ilusiones que se truncan por un duro golpe.
Un golpe que las une más, un golpe que les da la valentía para hacer brillar sus sueños.
Una tienda de punto, un negocio, una vida pensada para sobrevivir.
He terminado la novela con esperanza.
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