LA CANCIÓN DEL MIRLO
Entristece la crueldad de la vida. Cómo se ceba con personas inocentes. Niños que viven una infancia marcada por la enfermedad de su madre, niños que asumen el papel de protectores, de cuidadores, de enfermeros,... Cuánto amor en la primera parte del libro!! Cuánta desgracia!!!
Un recorrido por la vida de la autora. Un recorrido que es duro, que es de valientes. Valiente al contarlo, valiente al vivirlo, valiente al recordarlo.
Pero no todas las personas con las que se encontró eran igual. Desde niña ha sabido ver en los ojos de los demás, eso que transmite ternura, confianza. Aún siendo consciente de la soledad que le arropaba cada noche, aún así, pudo aprender el milagro de la vida, de un abrazo, de un cepillado de pelo transformado en caricia.
Crecer a grandes zancadas, sobrevivir en un mundo cruel, donde los adultos juegan con el día a día, con el destino.
Sin un sitio donde sentirse en casa, la escena final enternece y emociona.
Porque un abrazo sana, un abrazo cura, un abrazo te da la vida que te falta, la vida que necesitas. Y si ese abrazo es de tu abuelo, es el mejor abrazo de tu vida. El mejor.


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