Nostalgia de Cartas y Sellos

Hoy me he parado a pensar y me ha entrado una nostalgia sana y yo diría que hasta creativa. En los tiempos que corren y con las tecnologías avanzando a una gran velocidad, nos hemos olvidado de lo que hasta hace bien poquito servía para comunicarnos.
¿Os acordais de las cartas que habéis recibido? ¿Y recordáis cuántas buenas noticias habéis recibido gracias a una carta, a una postal?
Ultimamente he visto muchos anuncios en los que te animan a recibir tu correo mediante un buzón virtual. Y es cierto, será práctico para no acumular documentación en casa, pero ... ¡Yo quiero recibir cartas! Cartas de familiares, de amigos, ... Quiero volver a abrir el buzón y encontrar dentro un sobre a mi nombre de alguien especial, conocido, que quizá esté en el olvido, y quiero que ése sobre despierte en mi la curiosidad por saber qué secretos guarda en su interior.
¡Qué lástima que ya no encuentre en mi buzón éste tipo de cartas!
Y es que nos hemos vuelto cómodos, encendemos el ordenador y escribimos, encendemos el móvil y hacemos llamadas perdidas ... ¡Con los bolígrafos tan bonitos que hay en las tiendas! A mí me resulta especial y valoro mucho más una carta escrita con el puño y letra de quien me la firma y envía. Lo valoro porque sé que la persona que me escribe se ha tomado un rato de su tiempo en sentarse delante de un folio en blanco, y de comenzar a escribir procurando utilizar su mejor caligrafía, reflejando en ella su estado de ánimo, firmándola con la ansiedad de que la carta llegue pronto a su destino y de tener pronto noticias de vuelta.

Si a vosotros también os pasa un poco como a mi, con ésto de la nostalgia creativa, ¿por qué no buscáis un folio en blanco y escribis a la persona de la que os esteis acordando ahora? Seguro que cuando reciba vuestra carta, sonreirá y agradecerá el esfuerzo y la iniciativa. Y quién sabe, quizá comenzeis una cadena de cartas que os aporte mucho más cada día.

Hace muchos años, cuando mi buzón se llenaba de cartas, comenzé a iniciarme en el mundo filatélico. Llené tres albumes  de sellos nacionales e internacionales. Con cada uno de ellos aprendía algo sobre cultura, historia, valores, naturaleza ... las temáticas son tan variadas. Aprendes a templar el pulso, a cuidar cada detalle cuando situas un sello en su rincón del album, a mimar el sello cuando comienzas con el ritual de despegar el sello del sobre ...  Un mundo que engancha y apasiona.

Si queréis conocer algo de la historia de las cartas, y de los sellos ahí van unos conocimientos básicos sobre filatelia:

 - Los antecedentes históricos del correo se remontan a las antiguas civilizaciones de Oriente.
 - El imperio romano, a causa de su extraordinaria extensión y de la necesidad de mantener el contacto entre Roma y sus provincias, se vio obligado a crear una red de correos muy eficaz, que de hecho constituye la primera gran organización postal de Occidente
- En el siglo XVII se crearon las estafetas, que aceleraron considerablemente el servicio de correos, y en el siglo XVIII el correo ya se estableció como un servicio oficial. Fue en este último siglo cuando se difundieron los carteros, el sistema de matasellado y otros elementos que mejoraron la organización postal, haciéndola más rápida y regular.
- El primer sello de correos se puso en circulación el 1 de mayo de 1840. Su inventor, el inglés Rowland Hill.

Como coleccionar los sellos

- Los sellos usados pueden estar sobre un fragmento de papel o desprendidos de éste. Para recuperarlos de la correspondencia se cortan de los sobres con suficiente margen para no dañar los dientes. Todos los sellos sobre papel han de lavarse con agua limpia y tibia, en la que se habrá disuelto un poco de sal para que los colores no se alteren. Al poco tiempo se despegarán por sí solos, y en cualquier caso nunca se intentará acelerar esta operación, ya que podrían descarnarse e inutilizarse. Una vez despegados los sellos, se dejan secar sobre papel de estraza o secante, a poder ser blanco, con el anverso hacia abajo y nunca al sol o junto a un foco de calor intenso, porque se abarquillan y decoloran. Ya secos, se colocan bajo un objeto plano y pesado para plancharlos. Logrado esto, ya se puede proceder a su clasificación.

- Normalmente los sellos se coleccionan por series. Para poder formarlas hay que atenerse al proceso siguiente: Una vez se ha obtenido el lote de sellos, se clasifican por países al mismo tiempo que se eliminan los defectuosos. Después se subdividen por tamaños y luego por temas (deportes, flora, etc.). Algunos países consignan el año de emisión, lo cual facilita considerablemente la clasificación. Llegados a este punto se necesita el catálogo del país, a fin de cotejar los sellos y saber cuáles faltan para formar las series. Como en un principio el número de sellos será limitado, los conservaremos en un clasificador, más barato que un álbum, ordenados por temas. 
La colocación de los ejemplares será fácil, ya que normalmente van impresos en las hojas. Casi siempre faltarán los finales de serie o los sellos clave de cada país, y deberán localizarse en los establecimientos especializados.
La fijación de los sellos usados a los álbumes se hace mediante los fljasellos o charnelas. Estas «bisagras» permiten levantar el sello para comprobar los datos impresos en la hoja y observarlo por detrás. Nunca deben emplearse en sellos nuevos, pues los deprecian.


- Los sellos nuevos existen dos formas habituales de adquirirlos: en las ventanillas de Correos o a través del servicio de abonos. Utilizando la primera sólo se pueden adquirir sellos del propio país. A la segunda se puede acceder en los estancos filatélicos y en las tiendas de filatelia. En los primeros sólo se pueden adquirir sellos del propio país y en las segundas, sellos de todo el mundo pagando una módica comisión.
Al iniciar la colección, se debe comprar el álbum del país o tema. Se ha de elegir de acuerdo con nuestras posibilidades, pues resulta lamentable ver un álbum enorme con muchas hojas vacías. Los álbumes se venden con fundas protectoras o sin ellas. En este último caso son más baratos, pero se han de adquirir los protectores por separado y colocarlos uno mismo. Son de un material plástico especial que no altera los colores ni la goma de los sellos. Tienen el fondo transparente o negro y están engomados por el reverso para poderlos pegar al álbum. Sus medidas se ajustan a las de los sellos.
Como normalmente los sellos van impresos en las hojas de los álbumes, su colocación resulta muy fácil. Será útil disponer del catálogo para controlar la colección y conocer los precios del mercado. La manipulación del sello nuevo es más delicada que la del usado, y debe evitarse tocar con los dedos la goma. Para ello nos valdremos de unas pinzas adecuadas. Es conveniente guardar la colección apartada de focos de humedad.

Si después de leer éstos conocimientos básicos sobre filatelia, y si has echado la vista atrás y te has acordado de las cartas que probablemente guardes en una caja y si además has esbozado una sonrisa imaginando en volver a empezar a escribir ... Corre, compra sobres y sellos, busca un papel de carta elegante y con personalidad, atrapa tu bolígrafo preferido, recupera tu vieja agenda de direcciones y ... manos a la obra. (Seguro que en correos están encantados de que les des trabajo, jejeje...)

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