CARTA DE UN VIEJO AMIGO

Es difícil comenzar una carta sin conocer muy bien a quién me dirijo: Podría escribir: Hola amigo, Hola compañera, Hola familia .... Pero creo que la opción más acertada es decir:

Hola a todos, Kaixo guztioi,

Me presentaré como un amigo vuestro, alguien que durante muchos años ha formado parte de vuestras vidas, estaba con vosotros en celebraciones, en vacaciones, ... Empezé teniendo un aspecto un tanto aburrido, pero con el paso del tiempo he ido modernizándome y ahora formo parte de colecciones, tengo el corazón dividido en varias culturas, conozco museos, instrumentos musicales, me visto con trajes regionales y de gala, participo en acontecimientos importantes de tu ciudad ...
Quizá algunos hayais adivinado quién soy, pero otros muchos ni siquiera os acordais de mi, porque aunque yo me he modernizado es mucha la tecnología que hay a nuestro alrededor y a menudo acabo siendo el más olvidado.
Es posible que la última vez que visité vuestra casa fuera para felicitaros o para informaros de algo. Aunque ésta última opción no suele ser mi preferida. Tal y como están los tiempo las noticias de las que soy portavoz no suelen ser muy gratas: despidos, notificaciones del banco, cambio de condiciones ...
¿A que muchos ya sabeis quién soy?
En fin, por si queda alguna duda, soy el sello. ¡Oh! El sello, sí, sí todavía circulo por el mundo, yo también estoy haciéndome un hueco en éste caos que se ha formado. No tengo muy claro de si a mí me ha afectado la crisis económica, pero los avances informáticos me han afectado mucho y estoy triste.
Triste porque me gustaría lucir mis nuevas caras, mis ideas dibujadas en un sobre. Pero no para ser portavoz de las malas noticias de las que hablaba antes. No me gusta nada cuando me envían hacer ésa labor.
Cada día sueño en cada filatelia, en cada oficina de correos, en cada estanco ... sueño que alguien viene a buscarme y me coloca con cariño en un sobre grande o pequeño, blanco o de color, pero en un sobre en el que dentro lleve una buena noticia, una felicitación a un ser querido, una sorpresa a ése amigo que está lejos, una dedicatoria a alguien porque simplemente te has acordado de ésa persona ....
¡Ay! ¿Dónde están esos años en los que yo me dedicaba a intercambiar alegrías y noticias? ¡Cuántas veces he sido intercambiado en mercados, en cartas, en ferias! Pasaba de mano en mano y siempre me sentía acompañado.
Ahora pese a ser adhesivo para facilitar la tarea o incluso modernizando mi aspecto tradicional, paso muchos días sólo, esperando que alguien se acuerde de mi.
Y ahora que tú ya te has acordado de mi, ¿por qué no me das una alegría y me preparas un viaje a la casa de ... tus primos, tus amigos, tus vecinos, tus abuelos, aquellos con los que compartiste un viaje ...?
Es hora de que llevemos buenas noticias, alegrías y sorpresas a las casas, todos estamos hartos de enviar y de recibir notificaciones frías y distantes, de organismos que no nos facilitan el día a día y que consiguen borrarnos la sonrisa.
¡Quiero que volvamos a sonreir! ¡Todos! Yo por recuperar el nerviosismo y la ilusión de un nuevo viaje y vosotros porque os lo mereceis, porque en el fondo el sello, el sobre, el folio blanco o de color, con texturas o con dibujos, el bolígrafo o la pluma ... todo el conjunto forma parte de vuestra vida. Por eso, usadme, comenzad a jugar de nuevo a ser niños, a despertar la curiosidad del otro al abrir el buzón y encontrarme.

Espero que nos encontremos pronto,

Vuestro amigo,

El sello.

Comentarios

  1. Pues me lo llevo para compartir en el programa de Radio. Gracias Zuriñe por estar siempre del otro lado. Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares