MIS BASICOS DE ESTE ULTIMO AÑO

Siempre me han gustado las infusiones, me gusta probar nuevos sabores sin renunciar a lo tradicional. Me gustan con sabores suaves, que se noten pero que no destaquen.
Cuando en febrero de 2016 mi cuerpo me habló, confíe en el consejo de mi farmacéutico (parece un anuncio de televisión, pero si es un buen profesional su consejo es fundamental).
Me presentó a la infusión de diente de león, y fue casi como amor a primera vista. Si no os gustan las infusiones también hay opción de que el diente de león ayude a nuestro cuerpo en forma de pastilla. Pero a mi me encantan, así que a casa que me fui con mi bolsita de hierbas. Además así te da la sensación de no estar medicándote, sino de estar cuidándote y mimándote.
Me ha ayudado mucho, una infusión diaria generalmente después de la comida me aportaba lo que mi cuerpo me pedía a gritos. Un gran descubrimiento y una gran ayuda para sentirme mejor.

Tiene un sabor peculiar, que aún teniendo fuerza como hierba natural, tiene un toque alimonado muy agradable en boca. En mi caso, la he tomado simplemente con una cucharadita de azúcar sin más, pero hay quien la acompaña con hojas de menta. A mi me gustan las infusiones tal cuál son.





Ésta infusión también me ha sido de gran ayuda. En momentos puntuales, a media tarde me aportaba un plus para terminar el día con otro tono en el cuerpo. Sigo teniéndola en casa y sigue siendo de gran ayuda.
Tiene un sabor extraordinario y es fácil de encontrar en tiendas de barrio, súper e incluso en cafeterías por lo que no hay excusa para que no la tengamos en cuenta a la hora de compartir un té con amigos o tranquilitos en nuestro hogar.





Finalizando el verano, inesperadamente y de manera obligada tuvimos que decir adiós a la persona más buena que conozco. Y digo conozco, porque sigue vivo en mi corazón. Volví a la farmacia porque necesitaba conciliar el sueño, descansar y sentir un pulso normal.
Esta vez me recomendaron una infusión ya preparada en bolsitas individuales donde la mezcla de varias plantas consiguen un efecto relajante, reparador y con un sabor suave y para mi gusto muy rico.
En el rincón de mis infusiones siguen estando éstas bolsitas porque hay días que necesitamos que sea nuestro momento y solo nuestro.

Como veis, he intentado cuidarme de una manera natural, lo más natural posible que nos permite nuestro día a día, nuestras prisas y el ambiente en el que vivimos.
Las tres opciones han sido geniales, he tenido suerte porque me han gustado en cuanto a sabor y aroma y me han funcionado. Me han ayudado en los pequeños problemas de salud de los que me hablaba mi cuerpo y encima han conseguido un equilibrio que en determinados días es necesario.

Si estas feliz, si te sientes bien, entonces nada más importa.

Cuida de tu cuerpo, es el único lugar que tienes para vivir.

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