DIARIO

He pensado en escribir un diario, sí de esos que a los 15 años guardan nuestros secretos más ocultos y que nos parecen un descubrimiento. Sólo que ahora la necesidad o la visión no es la misma.

He pensado en comenzar en septiembre, en hacerlo como terapia personal, en dónde quede reflejado mi día a día de una manera sencilla, sin grandes anotaciones, simplemente para tener un pequeño trocito de tiempo para mi, en el
que sólo existamos el papel, el boli y yo.

Ya no tiene el mismo significado que el diario de mi adolescencia (en una ocasión lo releí y no pude contener la risa y sonrojarme...) ahora lo encuentro necesario para un cuidado personal, para no olvidarme nunca de mí, para quererme.  Y pensando en el mañana, en si alguien tiene la oportunidad de leerlo porque cae en sus manos, siento que puede ser necesario para no olvidarme, para entenderme, para seguir formando parte de “ese alguien que lo lee”

De echo, he estado leyendo sobre el tema, y sorprendentemente escribir un diario es una acción muy recomendable por muchos aspectos. Seguiré con el blog porque me gusta compartirlo con vosotros. El diario será algo más personal, más yo, más mi sensación de encontrarme cada día conmigo misma. Dicen que es bueno procurar escribirlo siempre en un mismo momento del día. Tengo la sensación que el momento ideal es antes de acostarse para plasmar mis impresiones del día, para dejar mi mente libre y descansar, para que el mañana lo afronte con energías renovadas.

De todo lo que he leído sobre el tema, me quedo con éstas ideas. (Quien sabe igual después de leer esto, os animáis a escribir un diario y es el regalo estrella de éstas navidades)

-          Sólo necesitas papel y boli. Hazte con una libreta o cuaderno que te guste, busca tu momento, relájate y disfruta.

-          Te ayuda a sentirte vivo por el hecho de tener contacto directo con el papel. Piensa, ¿Cuánto tiempo hace que no compras un boli o una pluma? Tenemos las teclas del ordenador desgastadas y se nos ha olvidado nuestra caligrafía.

-          Escribir sobre lo que te preocupa o sobre lo que te agrada te ayuda a poner las ideas en orden. A veces nuestra cabecita es un cajón desastre. Cuando haces limpieza de un cajón sientes que te has quitado “cosas innecesarias” de encima, pues imagínate con tus ideas … siempre viene bien poner orden a tu batiburrillo y sentirte ligero.

-          Papelterapia. Me ha encantado ésta palabreja. Es una terapia en la que tú pones el lugar, el cuándo y el cómo, simplemente te dejarás arrastrar por algo que todos necesitamos: disfrutarlo.

-          Es barato, sólo tienes que dejar que todo fluya. Un ambiente relajado será el ingrediente principal.

-          Puede que al principio te sientas raro o no salga todo lo que quieras escribir, pero si eres constante conseguirás que tu creatividad aumente. Por eso es importante empezar a cuidarnos en edades tempranas, de ahí el éxito de los diarios adolescentes. Pero no menos importante es conservar éste yo en edades más maduras, nunca es tarde de empezar a cuidarnos.

-          Es tu espacio y tu momento. Aquí los formalismos y las apariencias sobran. Eres tú, el papel y tus ideas. Conseguirás sentirte 100 % libre.

-          Con el tiempo se convertirá en un recuerdo tuyo de inmenso valor. Será tu mejor retrato.

-          Desbloquea emociones, libera energía y sé tu mismo en todo momento.



Lo dicho, éste septiembre comenzaré mi aventura con el boli y el papel. No me he propuesto hacerlo todos los días por obligación, sino como necesidad, como terapia de relajación. Digamos que será como una visita especial a mi yo interior.

Si os animáis a escribir un diario, contádmelo, me hará ilusión saber que ha despertado vuestra curiosidad ésta idea de comienzo de curso.

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